El dibujo y la pintura: desde el primer año y para toda la vida. Un bebe con apenas 12 meses es capaz de agarrar un lápiz. Alrededor de los 18 meses hacen pequeños garabatos, sin mucho sentido y desordenados. Se trata de una etapa inicial en la que les encanta descubrir el mundo de los colores y los trazos (y eso que su coordinación motora no está muy desarrollada). A los 2 años la mayoría de los niños empieza a pintar como tal porque los garabatos son mucho más controlados.Este cambio se produce porque comienzan a entender (y a sentir) que existe una relación entre sus dibujos y el movimiento que hacen con sus manitos. Simplemente una cabeza con algunas líneas, (para ellos esto sí que son personas reales en su vida), serán sus primeras representaciones. Entre los 3 y 4 años, los dibujos poco a poco se van pareciendo más a la realidad. Comienzan a dibujar personas más realistas y sienten interés por dibujar a su papá, a su mamá, a su amiguito, a sus hermanos. Acá empiezan a combinar los colores. En esta etapa el niño comienza a ir al jardín y plasma todo esto en su carpeta (la cual a fin de año se le entrega los padres como recuerdo de ello). Allí, se puede observar como el niño desarrolla su psicomotricidad fina, expresa sus emociones, sentimientos y sensaciones, su creatividad, la comunicación con los demás y consigo mismo y la formación de su personalidad. Entre los 5-6 año continúan dibujando personajes, pero estos tendrán muchos más detalles, por ejemplo, las personas que dibujen tienen bien definidos sus elementos: la cabeza, el cuerpo, las piernas y los brazos. Además, los colores empiezan a utilizarlos más adecuadamente y los elementos suelen estar alineados con la parte inferior del papel. Una vez que ingresan a la escuela primaria y empieza leer y escribir, se va perdiendo poco a poco este “mundo artístico” que venía desarrollando. La expresión del dibujo y la pintura es esencial en los inicios de nuestras vidas e impacta en las etapas subsiguientes. De hecho, los cuatro genios del renacimiento, me refiero a Leonardo (da Vinci), Raphael (Sanzio), Michelangelo (Miguel Ángel Buonarroti) y Donatello (Dono su nombre verdadero) desde temprana edad expresaron sus dotes artísticas. Da Vinci siendo niño manifestó inquietud por la naturaleza. Su curiosidad le llevó a pintar seres mitológicos inventados por él mismo, inspirados en sus observaciones. Sanzio, realizo un brillante autorretrato en su adolescencia evidenciando su precoz talento. Miguel Ángel a los 12 años sabía que quería ser artista, y cuando comunicó a su padre que deseaba seguir el camino del arte, tuvieron muchas discusiones, ya que en aquella época era un oficio poco reconocido. Y Donatello, desde bien joven, comenzaría a interesarse por el arte, y pronto adquirió conocimientos de cómo tratar el mármol en el taller de la catedral de Florencia, en Italia. En cuanto a obras de arte que tuve la dicha de conocer presencialmente tengo dos y ambas en mi “Buenos Aires querida”. La primera: el mural de las Galerías Pacíficos. En la cúpula central del edificio se encuentran una serie de célebres murales realizados entre 1945 y 1947, por varios de los más destacados pintores argentinos: Antonio Berni, Lino Spilimbergo, Juan Carlos Castagnino, Demetrio Urruchúa y el gallego Manuel Colmeiro Guimarás, considerados como la manifestación más importante del muralismo argentino. Los pintores convinieron realizar una decoración que lograra una construcción iconográfica de los valores primarios y prácticas socioculturales comunes en diversas culturas, como la familia y el contacto con la naturaleza. Los murales registran una gran cantidad de situaciones, alegorías y mensajes universales. Debido a la excelencia lograda en 1989, el edificio fue declarado Monumento Histórico Nacional. Teniendo 3 o 4 años de edad iba de la mano con mi mama que me paseaba por las Galerías dado que ella trabajaba a unas pocas cuadras de ahí. El segundo: la cúpula del teatro Colon. Si bien el mismo teatro Colon es toda una obra de arte en sí mismo, la cúpula central merece una mención especial. En 1934, las pinturas de la cúpula del Teatro Colón se echaron a perder. Por ellos, el artista Raúl Soldi (1905 – 1994) decidió decorarla, y luego de 4 meses, el 25 de mayo de 1966 quedo inaugurada. Según sus propias palabras: “He querido hacer de la cúpula un espejo, una memoria de colores que evoque la magia de este teatro. Pensé en fijar en el techo todo lo que acontece y aconteció en el escenario. De este modo surgió la ronda en espiral invadida por cincuenta y una figuras, incluyendo los duendes del teatro, que logré rescatar escondidos en cada rincón de éste”. Pasadas mis 3 décadas conocí este monumento artístico ya que decidí realizar la visita guiada en unas de mis tantas vacaciones en la capital y que quedé maravillada. Debo mencionar, que, por su tamaño, acústica y trayectoria, ha llegado a ser considerado como el mejor teatro lírico del mundo. Hace unos días, recibí una invitación especial de mi gran amiga Marisol Peralta a la exposición en el CCTT de #untallersinigual by Matias Budiño. Desde mi óptica, lo defino como #unanochesingiual. La verdad que más que sorprendida, impresionada y hasta anodada. Por empezar el lugar, el Centro Cultural Tartagal es amplio, cálido, luminoso y te invitar a ver, te atrae naturalmente (me reconozco como fan numero jajaja). Las 22 expositoras y sus distintos, variados y versátiles cuadros desde Frida (siempre ella mi amada), la Virgen de la Peña, la dirigente Eva Perón, Marilyn Monroe, una mujer tejiendo chaguar, la cara de una chica cuya madre decidió retratar, barcos, paisajes y hasta abstractos. Y, por supuesto, detrás de todo esto, Matias quien además de ser el maestro a cargo, posee el compromiso y la escucha con sus alumnas, la creatividad para sorprendernos, y la energía porque siempre da lo mejor de si mismo. Desde ya espero que esto se repita, sea la primera muestra de muchas y tengamos este tipo de eventos mas a menudo. Matias, además de profe es un gran chef, tal vez lo veamos en un futuro realizando una degustación de comidas, postres o tragos (yo anotada en todas). Y para terminar, super feliz de poder compartir con gente querida un evento artístico porque mi amor por el arte es hasta el infinito y mas allá.