Entre lo salvaje y lo moderno: “Ceremonia del fuego”, de Mario Flores.
El autor oriundo de Tartagal y los directores de Funga Editorial, sello del Gran Chaco, hablan sobre este nuevo libro de poemas donde el fuego, la naturaleza y lo sagrado convergen en un ritual.
Por Verónica Tossutti
“Ceremonia del fuego” de Mario Flores es el próximo libro a publicarse por Funga, esta joven y pujante editorial radicada en Chaco y Santiago del Estero. Desde su perspectiva disidente, ambientalista y folclórica, su catálogo ofrece un amplio recorrido federal de autores y obras que develan las realidades socioambientales de la región que se manifiestan a través de la literatura. En esta nueva propuesta, el autor salteño -reconocido escritor que se ha abierto paso tanto en narrativa como en poesía-, recopila poemas que proceden de distintos momentos de 2022 y 2023, pertenecientes a un único proyecto pensado inicialmente como una continuación de la idea que mixtura lo salvaje y lo moderno (que ya había abordado, de alguna manera, en “Tu fuerza primitiva”, poemario publicado por Gerania Editora, de Tucumán, en 2021).
Con tu nuevo libro, “Ceremonia del fuego”, volviste a escribir poesía, ¿cómo es ese nuevo encuentro? ¿Cómo está compuesto y de dónde surge su nombre?
MARIO FLORES: Para mí, escribir poemas sueltos cada tanto y después juntarlos en una mezcolanza impresa no es un libro: más bien, entiendo los libros como un todo orgánico, desde el título hasta el índice, el montaje visual de cada texto y la forma en que operan esos elementos protagónicos (el fuego, lo sagrado y lo ritual, lo tribal y la búsqueda del núcleo duro del ser humano). Todo a lo que le llaman “eje temático”, en mi caso, son obsesiones: por eso las imágenes o conceptos que se reiteran o se revierten, se transforman. En los últimos años me dediqué a la construcción (y publicación) de novelas que van por el mismo sentido de lo visceral y lo caótico: mi libro más reciente, “Diosas mutantes”, tiene también esta tendencia hacia lo mántrico y la crudeza. Por eso me era imposible pensar mi “regreso” a la poesía desde un lugar más soft o contemplativo: se trata de un procedimiento físico y químico con el lenguaje, que siempre es crítico. Por eso el título del fanzine de la colección Micelio, “Oficio del caos”; la escritura es, me parece, algo como eso: el ejercicio constante de lo crítico, tensionar la palabra. El libro está dividido en dos partes: “Sueño subtropical” -que comenzó siendo el título del proyecto, pero pensé que podría recaer en cierto regionalismo impostado y repetitivo- y “Flora salvaje, fauna voraz”. En medio de las lecturas que realizamos con los editores, Andrés Torres Acuña y Brian Hock, fue posible constatar con qué tipo de libro estábamos tratando. Durante las tardes calurosas en la 1era Feria del Libro de Amaicha del Valle, en Tucumán, decidimos el título final y se pudo vislumbrar hacia dónde nos llevaba.
No es la primera vez que trabajas con Funga, ¿cómo es el proceso creativo junto a esta editorial independiente?
MARIO: Siempre es agradable encontrar proyectos editoriales que comparten la obsesión por el diseño y la corrección (algo que no es común en la edición del NOA -sobre todo en Salta-, donde tantos libros salen publicados con errores o cuyo trabajo bibliográfico denota una falta de coherencia estética). De hecho, mi primer acercamiento (o descubrimiento) con Funga, parte de esta obsesión por el diseño y la edición: sus dispositivos textuales son de una delicadeza increíble. Almadegoma Ediciones y Editorial Nudista, las editoriales con las que tengo el orgullo de publicar mis libros, también fueron descubrimientos de lecturas obsesivas, impactado por el gran trabajo estético y de selección que tienen sus catálogos. Por eso, apostar por un sello joven de reciente creación y con perspectiva sustentable como Funga (y la apuesta de Funga, como sello independiente, por un autor de otra provincia, con un claro problema de neurosis) impele a un proceso exhaustivo y detallista. Puede sonar aburrido pero, para mí, es la parte más divertida del proceso creativo y editorial: corregir, releer, corregir. Y cuando te das cuenta, el resultado evidencia un trabajo a conciencia y en conjunto, sin mencionar el arte de tapa, que es una portada demencial. Hay dos escritoras que forman parte de este libro: Estefanía Páez Jiménez, que escribió el prólogo (es la primera vez que uno de mis libros cuenta con prólogo, lo que es una agradable novedad) y Marinés Scelta, que escribió el texto de contratapa. Ambas son poetas que admiro y conocí, principalmente, como lector. Luego, este mambo de la literatura te conecta: editar en tiempos distópicos es hacer resistencia. Comprar libros en el contexto socioeconómico actual es resistencia. Hacer poesía es resistencia. Me cuesta romantizar el lanzamiento de un nuevo poemario (el sexto, en mi caso), como si se tratara de un capricho bohemio y anacrónico: por supuesto que la felicidad es certera y espero que el libro sepa encontrar a sus propios lectores pero, en el fondo, es una forma de ir hacia lo inhóspito, decir lo que tenemos para decir: “Nosotros somos niños que giran hasta el vómito riéndose de la muerte”.
BRIAN: Cuando publicamos nuestro primer título, “Metapoesía”, una antología poética conformada por cuarenta escritores latinoamericanos, se agruparon en tres secciones que establecen una analogía con el ciclo de vida de los hongos: la germinación, el micelio y las setas. A partir de esta idea, surgió la inspiración para el nombre de la colección Micelio, una serie de fanzines que funcionan como bocadillos de poesía. Inicialmente concebida para promocionar a los escritores que publicarían libros con Funga; posteriormente Micelio experimentó una metamorfosis y se convirtió en una colección diferente. Estos zines ofrecen una opción para los lectores interesados en conocer el trabajo de un escritor en particular, proporcionando una muestra de su poesía y permitiendo adentrarse en su estilo y temáticas. A la vez, es una opción económica y más accesible que funciona como un alternativa a los libros más extensos.
¿Qué lectura puede hacerse de la acción en la industria del libro y la edición independiente en las provincias del NOA y NEA los primeros meses del año? ¿Hay planes a futuro que se sostengan independientemente del contexto económico actual?
BRIAN: Una lectura de resistencia. El aguante es algo característico de la cultura argentina en épocas de crisis, esto lleva a que se consolide aún más fuerte la cultura en nuestro país. El NOA y NEA siendo tan ricos culturalmente no pararán, las y los lectores junto con escritores y editoriales salen en busca de alternativas, principalmente lo artesanal que está muy vinculado con los fanzines. Creo que habrá un nuevo renacimiento en nuestra/s cultura/s.
ANDY: Y en cuanto a los planes a futuro, algo que nos impulsa ante la actualidad sociopolítica que atravesamos es tener presente que si nosotros paramos, se detiene la cultura, se detiene la literatura. Desde nuestro lugar, como hacedores-trabajadores del libro, sabemos que sin escritores no hay literatura, sin editorial no hay libros que lleguen a la gente. Así que nuestra visión es esa, seguir poniéndole el cuerpo para que la literatura siempre tenga un lugar, resistiendo, reinventándonos, apoyándonos y acompañándonos con otros proyectos editoriales amigos de la región. En tiempos de desasosiego, la compañía siempre es necesaria. “Ceremonia del fuego” es una obra federal que une a artistas de las diferentes regiones del país: desde el Norte, Mario Flores (Salta), Estefanía Páez Jiménez y Andrés Torres Acuña (Santiago del Estero); Cuyo con Marinés Scelta (Mendoza); Brian Hock desde el Litoral (Chaco); y desde la Patagonia, Martina Mezzetti (Chubut) que acompaña con el arte de tapa e ilustraciones interiores. Este libro estará disponible a mediados de abril por contacto directo con la editorial.
Los editores de “Ceremonia del fuego”, Brian Hock y Andrés Torres Acuña, cuentan sobre el nuevo libro. No siendo el primer libro de poemas de Mario Flores, ¿en qué colección del catálogo se vincula “Ceremonia del fuego”? ¿Qué es exactamente lo que busca este sello a la hora de pensar nuevos títulos y apostar por su publicación?
BRIAN: En esta ocasión, Ceremonia del Fuego no forma parte de una colección específica. Sin embargo, todos nuestros títulos están interconectados por intereses más amplios que identifican al sello. Funga busca literatura que se relacione con preocupaciones ambientales, folclóricas y culturales del país, y este poemario comprende esto. Nuestro sello se enfoca en obras de escritores y artistas que describen las vivencias y situaciones que atraviesan los rincones del país; obras que exponen una sensibilidad reflejando esas realidades frecuentemente pasadas por alto, olvidadas o marginadas, que no se ajustan a los cánones de la industria del libro. Leer requiere tiempo, al igual que apreciar y valorar la cultura y la naturaleza. Nuestra misión es proporcionar una plataforma a identidades que desafíen la frenética cotidianidad. Buscamos que la lectura sea una bocanada de aire fresco en medio de los vientos agitados de la actualidad; o bien que sean una chispa que despierte el accionar contra lo que sucede.
¿Cómo se encara en la actualidad el desafío de seguir publicando y acrecentando la idea de un catálogo definido? ¿Cómo consideran que se presentan las condiciones a la hora de presentar novedades, en este caso de poesía?
ANDY: Actualmente, estamos tomando todo con mucho más cuidado porque las exigencias y las realidades son otras, pero siempre con la misma convicción de que somos un medio para que escritores y poetas puedan llegar a ser publicados, y hacer literatura necesaria, que dé cuenta de estas realidades culturales y ambientales presentes en nuestro contexto, obras que sean conscientes de esto. Sabemos que tal vez la propuesta editorial no es lo más mainstream o no es lo que el mercado literario demanda, pero nuestro público es específico y sabemos que ellos lo valoran. Ahí está a lo que apuntamos. Para otras lecturas habrá otros lectores; para los nuestros, habrá más Funga.
El prólogo de este libro está firmado por Estefanía Páez Jiménez, que es autora del sello en la antología “Metapoesía” y también en la colección Esporas con un relato titulado “Camino adentro”; y la contratapa del libro la firma Marinés Scelta, autora mendocina cuya poesía apareció como epígrafes en libros de Mario Flores años atrás, ¿estas concordancias responden a una red poética construida desde lo federal, una coincidencia o algo que podría estar pensado de antemano con fines comerciales?
BRIAN: Responde a una intencionalidad premeditada por parte de la editorial. Desde los escritores, poetas y artistas más emergentes hasta aquellos más reconocidos del país, todos se encuentran vinculados en una gran red que abarca varios nichos en cada provincia y ciudad. Por esto, nos propusimos aprovechar esta cualidad y que todos los escritores que formen parte Funga y que comparten una misma vocación o afinidad con aquellos capaces de captar la esencia de las obras de otros, converjan en una misma obra. Que sea una red, un micelio que se nutre y retroalimenta constantemente.
Previo a este libro, se publicó “Oficio del caos”, un fanzine de la colección Micelio que contiene cinco poemas inéditos del mismo autor. ¿Cómo surgió este proyecto de edición que involucra formatos alternativos, con este plan de que una publicación adelante o devenga en la siguiente?
BRIAN: Cuando publicamos nuestro primer título, “Metapoesía”, una antología poética conformada por cuarenta escritores latinoamericanos, se agruparon en tres secciones que establecen una analogía con el ciclo de vida de los hongos: la germinación, el micelio y las setas. A partir de esta idea, surgió la inspiración para el nombre de la colección Micelio, una serie de fanzines que funcionan como bocadillos de poesía. Inicialmente concebida para promocionar a los escritores que publicarían libros con Funga; posteriormente Micelio experimentó una metamorfosis y se convirtió en una colección diferente. Estos zines ofrecen una opción para los lectores interesados en conocer el trabajo de un escritor en particular, proporcionando una muestra de su poesía y permitiendo adentrarse en su estilo y temáticas. A la vez, es una opción económica y más accesible que funciona como un alternativa a los libros más extensos.
¿Qué lectura puede hacerse de la acción en la industria del libro y la edición independiente en las provincias del NOA y NEA los primeros meses del año? ¿Hay planes a futuro que se sostengan independientemente del contexto económico actual?
BRIAN: Una lectura de resistencia. El aguante es algo característico de la cultura argentina en épocas de crisis, esto lleva a que se consolide aún más fuerte la cultura en nuestro país. El NOA y NEA siendo tan ricos culturalmente no pararán, las y los lectores junto con escritores y editoriales salen en busca de alternativas, principalmente lo artesanal que está muy vinculado con los fanzines. Creo que habrá un nuevo renacimiento en nuestra/s cultura/s.
ANDY: Y en cuanto a los planes a futuro, algo que nos impulsa ante la actualidad sociopolítica que atravesamos es tener presente que si nosotros paramos, se detiene la cultura, se detiene la literatura. Desde nuestro lugar, como hacedores-trabajadores del libro, sabemos que sin escritores no hay literatura, sin editorial no hay libros que lleguen a la gente. Así que nuestra visión es esa, seguir poniéndole el cuerpo para que la literatura siempre tenga un lugar, resistiendo, reinventándonos, apoyándonos y acompañándonos con otros proyectos editoriales amigos de la región. En tiempos de desasosiego, la compañía siempre es necesaria. “Ceremonia del fuego” es una obra federal que une a artistas de las diferentes regiones del país: desde el Norte, Mario Flores (Salta), Estefanía Páez Jiménez y Andrés Torres Acuña (Santiago del Estero); Cuyo con Marinés Scelta (Mendoza); Brian Hock desde el Litoral (Chaco); y desde la Patagonia, Martina Mezzetti (Chubut) que acompaña con el arte de tapa e ilustraciones interiores. Este libro estará disponible a mediados de abril por contacto directo con la editorial.
FUENTE: LA GACETA.